Las personas mayores son un colectivo que aumentan día a día en número debido a las actuales circunstancias sociales, de hecho, en enero de 2010 las Naciones Unidas publicaron el informe Envejecimiento de la población 2009. En el contenido de este informe se destacan cuatro conclusiones principales:
- El envejecimiento de la población no tiene precedentes. La población envejece cuando aumenta la proporción de personas de la tercera edad (es decir, los mayores de 60 años o más), se acompaña de reducciones en la proporción de niños (personas menores de 15 años) y por la disminución en la proporción de personas en edad de trabajar (15 a 59). A nivel mundial, el número de personas de la tercera edad se espera que supere el número de niños por primera vez en 2045.
- El envejecimiento de la población es generalizado ya que afecta a casi todos los países del mundo. El resultado del envejecimiento de la población, principalmente por la reducción de la fecundidad, se ha convertido en prácticamente universal.
- El envejecimiento de la población es profundo y tiene importantes consecuencias para todas las facetas de la vida humana. En el ámbito económico, el envejecimiento de la población tendrá un impacto en el crecimiento económico, el ahorro, la inversión, el consumo, los mercados de trabajo, las pensiones, los impuestos.......... En el ámbito social, el envejecimiento de la población influye en la composición familiar y vital, la demanda de vivienda, la epidemiología o la necesidad de servicios de salud.
- El envejecimiento de la población es permanente. Desde 1950, la proporción de personas mayores ha aumentado constantemente, pasando del 8% en 1950 al 11% en 2009, y se espera que alcance el 22% en 2050.
A continuación, además de recordar las causas del envejecimiento de la población (UD 1), vamos a cotillear "consecuencias del envejecimiento de la población", en el que se analizan y muestran que pasará en el futuro si las circunstancias sociales no cambian, y un artículo (no entero, pero casi) de Carmen Morán publicado en El País que aborda un tema importante: el maltrato en personas mayores, es un poco largo, pero iremos leyéndolo por párrafos y comnetándolo de modo simultáneo.
Cuando el anciano es un engorro
El maltrato a los ancianos ha sido el último descubrimiento dentro de la violencia familiar, y en una sociedad como la actual en la que es rara la causa que no tiene un cumpleaños, hubo que esperar hasta 2006 para que se proclamara una fecha, el 15 de junio, como día mundial para la toma de conciencia contra los abusos a mayores.
La dificultad para detectar estas conductas agresivas, o negligentes, permite dudar a los expertos sobre la exactitud de la incidencia del maltrato, que en el mundo se sitúa alrededor de un 3%. Si se tiene en cuenta lo que contestan los ancianos, en España puede hablarse de unas 60.000 víctimas. Pero las dudas de los expertos siempre se matizan en la misma dirección: hay más de lo que se ve y de lo que detectan los protocolos. Y en ello abundan las respuestas de los cuidadores, un 4,6% reconoce que ha tenido hacia el mayor conductas de maltrato.
El abuso económico es el más frecuente aunque no se le presta mucha atención. "El agresor utiliza el dinero de la víctima sin su consentimiento, le obliga a modificar el testamento, a cambiar de nombre la vivienda”. El perfil del agresor, en estos casos, es el de una persona que depende de la pensión del abuelo. Paradójicamente, la víctima no se rebela, porque sabe que, de hacerlo, el agresor caerá en cierto desamparo.
¿Quiénes son estos agresores que tanto sentimiento despiertan en sus víctimas? La pareja y los hijos. Hombres y mujeres mitad por mitad. Seis de cada diez agresores tienen más de 64 años y cuatro de cada diez tienen algún problema físico. Más de la mitad sufre estrés.
La negligencia y el maltrato psicológico siguen en frecuencia al abuso económico. Bajo la negligencia se enmarcan ciertas conductas como proporcionar dosis inadecuadas de medicación (por exceso o por defecto) o una medicación errónea, privar de las necesidades básicas (alimentación, higiene, calor, ropa adecuada al clima, asistencia sanitaria, etcétera) o el abandono. Y el maltrato psicológico se presenta bajo acciones de rechazo, insultos, terror, aislamiento, gritos, humillaciones, amenazas, se les ignora o se les priva de afecto.
Son situaciones que cualquiera puede detectar en su entorno, el problema es que estas formas de agresión no se identifican como maltrato, como tampoco se consideraba tal el desprecio en sus múltiples variantes de los hombres hacia sus parejas antes de que se definiera certeramente la violencia machista.
"Los mayores no reconocen el maltrato por tabú y porque no lo ven, porque sus vidas han sido muy duras y están acostumbrados en cierta medida. Otros sienten culpabilidad porque son sus hijos y ellos, piensan, los han educado así. La culpabilidad es grande. El qué habré hecho yo para que me traten así".
Son los modelos de atención a la vejez los que determinan algunas características propias. Por ejemplo, en España, los abuelos están atendidos sobre todo, en casa. Tan es así, que una de las amenazas clásicas, en el apartado de maltrato psicológico, es el ingreso forzado en una residencia geriátrica. También en esos centros se dan situaciones de abuso que recaen, claro, entre los profesionales.
Y esa atención en casa, propia de los países mediterráneos, está complicando las situaciones de maltrato, como empiezan a detectar los profesionales. Porque cuidar a un anciano con graves problemas de dependencia no es sencillo y "las familias no siempre tienen los recursos emocionales, intelectuales, morales o económicos", dice María Teresa Bazo. Y las ayudas públicas no son suficientes en casos así.
En situaciones como ésas, las familias muchas veces se encuentran desbordadas y en una situación ambivalente que da cobijo al amor y al odio a partes iguales. "El familiar, que lleva años haciéndose cargo del anciano, siente cariño hacia él, es su padre, o su madre, pero también está al límite; ha tenido que dejar el trabajo, perdido la libertad, los amigos; por eso, cuando el anciano muere, la sensación de culpa es grande. Es entonces cuando reconocen y lamentan los gritos, los empujones, las malas respuestas, las broncas".
Los cuidados de un niño que nace también roban parte de la vida, del trabajo, las salidas con amigos, las costumbres. Pero los hijos dan afectividad y los cuidados tienen un límite, van decayendo a medida que crecen. Con los ancianos es justo al revés. "Lo que en principio se ve como una situación de emergencia, cuidar al padre, resulta que se va alargando durante años, no se le ve el fin; y encima la relación de afectividad se va perdiendo cuando merman las facultades del anciano. Antes era una persona que hacía cosas, que interactuaba con la familia, pero con el tiempo se va convirtiendo en un engorro". Cuando la pérdida de libertad se hace insoportable, "la única salida es el fallecimiento. Pero entonces aflora la culpabilidad porque, a la vez que la pena, se siente cierta sensación de alivio". Se sienten mal porque se sienten bien, sería el resumen.
Juan Muñoz Tortosa, profesor de Psicología de la Universidad de Granada, ultima un libro titulado ¿Están maltratados mis padres? Pilares de la violencia oculta, donde analiza los sostenes de estas agresiones. Está convencido de que el maltrato está aumentando, que "hay muchas personas que ya lo están sufriendo aunque permanece oculto". "Los cuidadores sienten placer al principio dando más de lo que reciben, pero a la larga se entra en conflictos de intereses y motivaciones y las necesidades del anciano pueden devenir una losa para el que le cuida. Es ahí donde se inicia la espiral de violencia". Muchos cuidadores están sobrepasados por las circunstancias y no todos maltratan, sin embargo, en muchas ocasiones entre el agresor y la víctima hay, muchas veces, una relación de codependencia.
El maltrato a ancianos, como el de niños o mujeres, se da en la intimidad del hogar, una rémora para que estas agresiones salgan a la luz y reciban la condena pública que llame a la puerta de la política. Entre cinco y siete de cada ocho casos de maltrato no se detectan, según una guía que acaba de editar el Ayuntamiento de Madrid para prevenir estas conductas. "Hay leyes de protección de los menores, pero no de ancianos, faltan medidas para protegerlos", pide Muñoz Tortosa.
Despues de toda esta charla, que espero os haya resultado interesante, suponiendo que haya tocado ya la campana, vamos a realizar el visionado y comentario de dos videos cortos de la sección videos varios (si el ordenador, la conexión por Internet y otros imprevistos lo permiten), y como alternativa, podemos realizar por parejas una búsqueda de información, con su correspondiente puesta en común, sobre los cambios que la edad provoca en la persona a nivel físico (o biológico), a nivel psicosocial y a nivel cognitivo.
Espero que disfrutéis tanto del puente como lo habéis hecho en estas dos últimas horas del viernes.
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