Además de un brillante físico teórico, referente mundial en astrofísica y apasionado divulgador científico, Stephen Hawking es un ejemplo de superación personal que ha servido, y sirve, como inspiración a millones de afectados por la ELA en todo el mundo. Tanto que su historia personal y su lucha por sobreponerse a la enfermedad, paralela a sus descubrimientos científicos, fue llevada a la pantalla el pasado año en “La teoría del todo” (Oscar al mejor actor para Eddie Redmayne). El británico es un icono que se ha interpretado a sí mismo en capítulos de Los Simpson y Futurama y ha protagonizado spots publicitarios y numerosos sketches, mostrando un hilarante sentido del humor. Hawking es, en definitiva, un personaje que ha trascendido la ciencia y la monótona vida que se le supone a un catedrático de la universidad de Cambridge.
Pero si la historia de Hawking es de sobra conocida, lo es menos cómo más de una década después de perder la capacidad de hablar en 1985 a causa de una neumonía que casi le causa la muerte, Intel se comprometió a que el físico pudiera continuar comunicándose hasta el fin de sus días. Fue en 1997, cuando Gordon Moore, cofundador de la compañía, le aseguró soporte técnico para siempre. Desde entonces la empresa se ha ocupado de adaptar y actualizar los equipos y el software que ponen voz a los pensamientos del científico. Una voz robótica que ya es tan reconocible como la propia figura de Hawking.
La responsable de que sus palabras sigan llegando hasta nosotros en la actualidad es Lama Nachman, directora del Experience Technology Lab de Intel. Su trabajo consiste en conseguir que Stephen Hawking, a pesar de sus limitadísimas capacidades motoras, pueda manejar el ordenador que siempre le acompaña. La plataforma diseñada por el equipo de Nachman se denomina ACAT e incorpora sensores de velocidad, acelerómetros, una cámara 3D y un software de predicción de palabras muy sofisticado que reduce las pulsaciones necesarias para escribir. Además Intel ha decidido abrir su código, por lo que todos los desarrolladores del mundo pueden incorporar nuevos elementos. Un ejemplo de trabajo colaborativo para hacer mejor la vida de las personas con discapacidad y conseguir que, tal y como se escuchaba al propio Hawking afirmar en la canción de Pink Floyd, puedan “seguir hablando”.
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